Wednesday, February 14, 2007

 
Amour, amor, and love...

Por más que quisé esconderme, fui encontrada, strike one, strike two, ponchada! el ejercicio paso a segundo plano, sólo por hoy no iré creo que será un día difícil, corazones de plástico, de tela, de terciopelo, de peluche, globos, tarjetas, flores rojas, frases que año tras año coronan al cliché, no,no,no y una vez más sucumbí al oleaje espumoso y caliente donde aún dormía. Entre realidad y levedad algo sonaba y sonaba hasta que decidí poner fin a eso tan retumbante, tragué saliva, practiqué dos veces para articular palabras, 1,2,1,2, listo... -bue--noooo-, -hola, que paso?-, -cómo estas niña?- aún no reconocía la voz, así que de una buena vez desperté, volteé el teléfono celular para reconocer el nombre de quien hablaba, (ya que la rueda de piedra en mi cabeza aún giraba lentamente; la ardilla, se encontraba peor que yo) la carátula celular decía: "Papi" , -Hola pa, cómo estas?,yo muy bien, cómo te ha ido?- él contestó -todo bien por acá, espero verte pronto-, y así sostuvimos una buena charla y al fin de la conversación dijo: -por cierto, el propósito de mi llamada es porque hoy es día de la amistad y quise llamarte y decirte que te quiero, besos- y colgó.
No daba crédito era la primera vez en toda mi vida que esto me ocurría y a pesar de ser días desbordantes de consumismo, sentí que algo increíble pasaba dentro de mí.
Decidí dejar el surf de la cama y me levanté como la mujer más feliz y recordé por qué estoy enamorada y por qué no puedo desdibujar esa tonta sonrisa de mi cara todo el día; pido una verdadera y sincera disculpa a la depresión ya que generalmente por más que me concentro la olvido.
Abrí la puerta de mi recamara y ahí estaban Liz y Susi dos pequeñas niñas de cinco y seis años respectivamente, hijas de Estela, mujer oaxaqueña quien trabaja en labores de la casa, traían en su mano dos rosas de plástico una roja y otra blanca,con hojas color amarillo huevo, todo eso envuelto en papel celofán con dos listones rojo sangre, Liz extendió su brazo con las flores y dijo: -mira son especialmente para ti- Susi asentaba con la cabeza y mostraba su ventana en los dientes, -ahorramos el dinero que nos dió mi ááápa y te las compramos, te las queremos dar nosotras no mi áááma por eso yo no fui a la escuela y la Susi no fue al Kinder, feliz día del amor y la amistad-.
Y así inició este día, quisé ocultarme, pero ya me habían encontrado, gracias papá por tu corazón, gracias Liz y Susi por la rosa más cursi y valiosa que he recibido en mi vida.


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